El lugar que habitan las personas tiene
una importancia para
la vida, salud y bienestar;
además incrementa su calidad de vida.
Fotos:
Víctor Holguín / Unimedios
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La
topofilia, sentimiento de afecto y vínculo de una persona por un lugar, en muchas
ocasiones no es considerada en las gestiones urbanas y ambientales, situación
que causa afectaciones psicológicas, por ejemplo, a víctimas de desalojo y
expropiación.
Agencia de Noticias UN - Esta es una de las hipótesis compartidas en la Escuela
Intercultural e Interdisciplinaria en Gestión Urbana y Ambiental, realizada en
el marco de la Escuela Internacional de la U.N.El curso brinda un panorama sobre los principales conceptos que se tienen en cuenta para el manejo del medioambiente, desde el punto de vista técnico y desde una perspectiva psicosocial.
Zulmira Áurea Cruz Bomfin, profesora del
Departamento de
Psicología de
la Universidad Federal del Ceara, Brasil.
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Zulmira Áurea Cruz Bomfin, profesora del Departamento de
Psicología de la Universidad Federal del Ceara (Brasil) y experta en psicología
ambiental, expuso en su curso algunos conceptos empleados para comprender las
conductas de las personas que buscan la sostenibilidad en ambientes construidos
y naturales.
“Gran parte de los problemas ambientales están relacionados
con el comportamiento y la conducta humana, por lo cual es necesario un cambio
de valores, visiones de mundo y creencias que impidan a las personas tener
buenas actitudes frente al ambiente, como el reciclaje de basuras, la relación
con la ciudad y su vínculo afectivo”, afirmó la profesora.
Este curso brinda un panorama
de los conceptos del manejo
del medioambiente,
desde lo técnico y lo psicosocial.
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Aunque la docente no conoce mucho sobre los comportamientos
ambientales en Colombia, sostiene que las problemáticas entre los dos países
son similares. Así, por ejemplo, la importancia que tiene un lugar para la
vida, salud y bienestar de las personas es uno de los conceptos en común.
El ambiente no solo es algo físico, es algo que se construye
también en su significado y simbolismo. Por esta razón es importante comprender
las conductas humanas para lograr actitudes proactivas y proambientales.
Según la experta, esto no es algo solo de sobrevivencia, es
algo más grande que se relaciona con la necesidad que las personas tienen con
respecto a su vínculo con la tierra y al sentimiento por su lugar.
Grupo de la Escuela Intercultural e
Interdisciplinaria en
Gestión Urbana y Ambiental.
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“Esto hace referencia a la topofilia, un sentimiento de
afecto y vínculo por el lugar, que muchas veces no es considerado en las
gestiones urbanas y ambientales” explicó la profesora.
Ejemplo de esto son las expropiaciones y desalojos para la
construcción e intervención urbanística, sin considerar ese sentimiento de
necesidad y continuidad en un entorno conocido y familiar para las personas.
Estas situaciones, el cambio radical e imprevisto de lugar y
el entorno de las personas pueden causar una afectación psicológica. En el
sentido más amplio, político y social, es una negación del ciudadano, pues un
individuo en un lugar necesita de este por una condición ontológica, es decir,
que se relaciona con su propio ser.
“El ambiente no puede prescindir del aspecto individual, del
conocimiento y las relaciones interdisciplinarias, pues solo así es posible
tener acciones concretas de cambio”, concluyó la experta.
Asistentes a la escuela.
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Este curso hace parte de un convenio de cooperación
internacional entre Francia, Brasil y Colombia, en el que profesores de
distintas universidades de estos países realizan misiones y brindan clases con
temáticas de desarrollo sostenible, gestión urbana y ambiental.
El equipo interdisciplinario se encuentra conformado por
profesionales en ingeniería, química, letras, psicología y otras áreas que
investigan todo lo relacionado con el ambiente.