Alainet-Alejo Vargas Velásquez.-
Dentro del alboroto nacional que armó el Presidente
Duque con las ‘objeciones por inconveniencia’ a seis artículos de la Ley
Estatutaria de la Justicia Especial para la Paz (JEP), que por supuesto no
comparto y sobre las cuales destacados constitucionalistas se han pronunciado
considerándolas inocuas, pero sí estimuladoras de nueva polarización política,
incluido el eventual ‘choque de trenes’ institucional que esto podría
conllevar, quisiera referirme a los efectos políticos que esto puede generar en
función de las elecciones regionales y locales de octubre próximo, que para
algunos analistas es el efecto colateral que el partido Centro Democrático y el
Gobierno Duque al parecer buscaría con el debate alrededor de estas objeciones.
Pero adicionalmente,
esto podría tener efectos imprevistos en las elecciones regionales y locales,
en varios sentidos. Primero, porque el rechazo a las objeciones del Presidente
a la Ley Estatutaria de la JEP logró acercar a los tres candidatos
presidenciales de centro e izquierda, Humberto de la Calle, Sergio Fajardo y
Gustavo Petro, que sumados superan los votos con los que fue elegido Iván
Duque, además de una amplia coalición ciudadana que considera que la defensa de
los Acuerdos de Paz es algo fundamental para el futuro de Colombia. Esto podría
reflejarse en coaliciones o acuerdos en las elecciones regionales y locales y
entonces la estrategia del Centro Democrático de aumentar el número de
Gobernadores y Alcaldes elegidos de su partido, podría tener un resultado
inverso.
Adicionalmente, sería
distorsionador en dichas elecciones regionales y locales, convertir en el tema
central de las campañas el Acuerdo de Paz y su implementación, un tema ya
saldado para muchos y dejar de lado los problemas, necesidades y aspiraciones
de las regiones y localidades, que deben ser los temas a debatir por los
distintos aspirantes, para que los ciudadanos escojan aquellos candidatos que
presenten las mejores propuestas de respuesta.
A lo anterior hay que añadir
el estímulo a las manifestaciones de protesta social que puede conllevar esta
actitud, leída por muchos sectores –de pronto equivocadamente, pero eso lo debe
mostrar con hechos el Gobierno- de un deseo expreso o tácito, de liquidar los
Acuerdos de Paz y de retornar a una situación de alta confrontación interna,
cosa considerada indeseable por esos sectores sociales –lo que puede reflejarse
en las elecciones regionales y locales- y también, hay que decirlo, por la
mayoría de la comunidad internacional.
Alejo Vargas Velásquez - Profesor Universidad Nacional