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Hace 30 Años se creyó en la paz, con derechos y progreso.

El 4 de julio se cumplieron 30 años de la aprobación en el congreso de la república de la constitución política de 1991. En la mencionada fecha de ese año se sancionó la ley que permitía conformar el grupo que entraría a sesionar ese 1 de noviembre.
 
Claudio Chuquen.- La Constitución del 91 fuè también el fruto de un acuerdo de paz entre los grupos insurgentes desmovilizados de la época (M19, EPL, Quintín Lame) y el Estado colombiano, un acuerdo que se venía gestando desde 1984 a partir del inicio de las conversaciones de paz durante el gobierno de Belisario Betancourt que diò lugar a un periodo histórico de ingrata recordación como la toma del palacio de justicia, el genocidio de la UP, el asalto a Casa Verde y los asesinatos de candidatos presidenciales.

La Constitución precedente es decir, la de 1887 no presentaba un marco institucional que permitiera dar cabida a los nuevos procesos políticos y económicos que se estaban presentando por aquella época, entre ellos; la necesidad de generar espacios democráticos de participación para sectores de la sociedad tradicionalmente excluidos por el racismo o el sexismo como por ejemplo, las mujeres, los indígenas, los afrodescendientes entre otros, si bien hasta ese momento la constitución de 1887 en plena vigencia era ya arcaica aún cuando a mediados de la década de 1980 se introdujeron normas en función del Derecho Internacional Humanitario ante la necesidad de iniciar la regularización de la guerra endémica que asola nuestro país desde tiempos inmemoriales.

La Constitución de 1887 se fundaba en principios medioevales pues la iglesia católica tenía incidencia total en la educación y se oponía a la educación laica y liberalizante pues, como bien lo expresaba el profesor Rubén Jaramillo Vélez estaba concebida para formar “buenos cristianos y no buenos ciudadanos”. Era profundamente conservadora y excluyente por cuanto garantizó a la Iglesia Católica desplegar un poder omnímodo por todas las instancias del Estado y mediante el concordato firmado con “la santa sede” en la práctica ostentaron el poder de manera consustancial.

Por la época alcaldes y gobernadores eran elegidos “a dedo” lo mismo que los concejales y los representantes a la cámara y al senado, conformados básicamente por sectores bipartidistas, con lo cual se negaba el derecho a la libertad de cultos y al pluralismo en las ideas políticas. De ahí que la Constitución de 1991 representó una ruptura radical con la antidemocracia y la intolerancia y un avance hacia la modernización del Estado pues en ella se reconocen derechos de participación política a sectores anteriormente marginados. De sus 76 miembros (aún la mayoría procedente de la política tradicional) cuatro fueron destacadas mujeres como Aida Avella y María Mercedes Carranza, lo mismo que delegados indígenas del cauca como Lorenzo Muelas y por parte de los grupos desmovilizados Antonio Navarro Wolf por el M19, Darío Mejía por el EPL, Álvaro Gómez por el Movimiento de Salvación Nacional (MSN) - (Conservador) y Horacio Serpa por el partido liberal.

Mediante la aprobación de ley de tutela en función de la participación popular en temas relacionados con juzgamiento a hechos de corrupción Y toma de decisiones, y mediante la legalización de la elección popular de alcaldes y gobernadores, se rompe el bipartidismo.

Alvaro Gómez, Antonio Navarro y Horacio Serpa
Hasta la actualidad la Constitución del 91 ha sido objeto de 56 reformas, no todas ellas para desarrollarla en función de las necesidades de la sociedad, como por ejemplo (la ley 100), la concepción mercantil de los derechos sociales y económicos como la educación y la salud, sin embargo 6 de esas reformas fueron concebidas para garantizar la implementación del acuerdo de Paz de la Habana el cual hace parte del “bloque de constitucionalidad” y se presenta como de obligatorio cumplimiento, salvo que tiene unos plazos para su ejecución y debe contar con la buena voluntad política de los gobiernos de turno lo cual no caracteriza precisamente al gobierno actual que representa solamente al partido Centro Democrático.

Colombia: reportan presencia de paramilitares "para atemorizar" a protestas

DW.- La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de Colombia alertó este jueves (01.07.2021) de la "preocupante" situación debido al aumento de los "eventos de conflicto armado" durante las protestas de estos pasados meses y aseguró que tiene evidencia de que surgieron "grupos de civiles armados" en al menos 27 ciudades del país.

El último informe de Monitoreo de Riesgos y Prevención de Afectaciones a los Derechos Humanos en Colombia de la JEP resalta el "surgimiento de prácticas de autodefensa y paramilitarismo para atemorizar a las personas que participan en la protesta social". La entidad informó que tienen evidencias del surgimiento de "grupos de civiles armados" en al menos 27 ciudades que realizaron 56 acciones violentas entre el 28 de abril y el 30 de mayo pasados.

Estas acciones van desde amenazas hasta los homicidios registrados en Dosquebradas y Pereira (en el departamento de Risarada, oeste), y en Caicedonia, Tuluá, Cali y Palmira (en Valle del Cauca, suroeste). Hasta ahora se destacaban sobre todo hechos de civiles armados disparando contra manifestantes en Cali y en Pereira, que dejaron homicidios como los de Lucas Villa en esta segunda ciudad, o casos como el de un motociclista armado, trabajador de la Fiscalía, que disparó contra jóvenes en un bloqueo del centro de Cali y después fue linchado hasta la muerte.

"Estos 'grupos de civiles armados' han reivindicado ideas de autodefensa o paramilitarismo en el sentido en que en los lugares donde cometen los hechos dejan grafitis pintados con siglas alusivas a las otrora Autodefensas Unidas de Colombia (AUC)", se lee en el informe de la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP, que también revela que exmiembros de estas milicias han denunciado haber sido contactados para volverse a unir a organizaciones criminales.


Además, "en 2021 se tiene en total un registro de 13 eventos del conflicto y 89 afectaciones de civiles, de este último se tiene un aumento mayor al 400% pues en promedio se presentaron 18 afectaciones de civiles en (los cuatro) años anteriores", asegura el documento. Es decir -según la JEP- que en esos 32 días aumentaron en 111 "municipios de interés para el Sistema Integral para la Paz" hechos como "las amenazas de muerte, homicidios a excombatientes de las FARC-EP y eventos masivos de desplazamiento forzado".


En el marco del paro nacional, también se registraron 12 casos de violencia sexual contra manifestantes y uno contra una policía y al menos 16 afectaciones de organizaciones que participan en los procesos del Sistema Integral de Paz, en el que está integrado la JEP. Por todo ello, la entidad considera que la "situación es alarmante", ya que ve "probable" que empeore la situación de seguridad de organizaciones y personas que intervienen en el Sistema Integral para la Paz, surgido en el acuerdo con las FARC de 2016 y compuesto por la JEP, la Comisión de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD).

El informe concluye señalando que Colombia ha sido el segundo país -después de Birmania- con la tasa de muertes violentas por día de protesta más elevado en el mundo (una muerte cada 36 horas) y que el paro nacional de 2021 ya cuenta con las cifras de muertes violentas más altas en los últimos 44 años en el país.



Dos meses sin tregua
Las manifestaciones en Colombia -que comenzaron el pasado 28 de abril, pero que en las últimas semanas han perdido intensidad hasta casi desaparecer- dejan, según organizaciones de derechos humanos, unas 74 víctimas mortales, en las que 48 se apunta directamente a la Policía, mientras que el Gobierno vincula a las protestas 25 decesos y solo tres por acción de los cuerpos uniformados

Qué o quién es responsable?

Cumplidos dos meses de protesta social Duque propone “LEY antivandalismo' desviando la atención de los “reclamos sociales”  

Siendo el causante directo del “estallido social colombiano” el presidente de la república Iván Duque no asume su responsabilidad política y pretende desviar la atención criminalizando la protesta social.

Cuando se presentó la fatídica y fallida “reforma tributaria” acompañada de otras tres reformas; A LA SALUD, PENSIONAL y LABORAL, proyectos de reformas QUE obligaron A millones DE personas salir a las calles a manifestarse ya que el presidente y su mayoria parlamentaria no escucharon las expresiones, desde diferentes sectores políticos y sociales, expresiones que reclamaban lo injusto de las reformas propuestas, esta situación acompañada de la tremenda crisis social, económica y sanitaria que vive el país a causa de la pandemia desencadenó el “estallido social “

El presidente de Colombia,
Iván Duque
 Ahora el señor presidente pretende que el país le preste mayor atención a unos cuanto actos violentos ocurridos en los últimos días de protestas, actos violentos generados por la misma institucionalidad cuando desatiende el justo reclamo y cuando a la protesta pacífica responde con violencia policial, actos violentos que si bien no debieron ocurrir no son más que el degeneramiento de una situación provocada, auspiciada e incrementada por el gobierno nacional.

Cuando la gente en las calles es golpeada, “gaseada”, cuando los jóvenes son perseguidos, desaparecidos y asesinados es de esperar que algunas personas se dejen arrastrar por ese clima violento, caigan en la trampa y respondan con hechos violentos que terminan desdibujando la causa inicial.

Algunos analistas piensan que precisamente ese es el objetivo, al desatender, por parte del gobierno nacional, las reclamaciones de la ciudadanía, es posible que se busque crear el clima de caos, de violencia, para luego entrar a justificar medidas extremas que coartan la libertad de movilización, de expresión y el derecho a la protesta.

Se recuerda cómo, cuando las protestas transcurrían pacíficamente eran infiltradas por personas que propiciaban conatos violentos para justificar la arremetida policial contra el conjunto de la protesta.

No propone el presidente una ley que castigue la desatención oficial a la reclamación ciudadana, Duque propone una ley para que, con el pretexto de castigar el vandalismo se limite el ejercicio de los derechos protegidos por la constitución nacional.

Concentración en Bogotá, el 28 de Mayo

Dice el presidente que la protesta pacífica está garantizada, pero no habla de su responsabilidad ante la misma protesta, responsabilidad por haberla generado y responsabilidad por no atenderla.

Está registrado el que la mayoría de muertos han sido personas participantes en el desarrollo del Paro Nacional, está registrado y denunciado como el estamento oficial ha violado la ley en muchas oportunidades, a esto le llama el señor presidente “casos aislados que serán investigados y sancionados” pero al tiempo no contempla los actos violentos por parte de manifestantes como hechos aislados sino que generaliza y ubica en mayor importancia.

Durante el acto de ascenso del director de la Policía Nacional, Jorge Luis Vargas Valencia, en la Escuela de Policía General Francisco de Paula Santander, en Bogotá, Duque pidió "rechazar con claridad la violencia y el vandalismo". Días atrás, la promoción de Vargas Valencia se aprobó en el Senado con 66 votos a favor y dos en contra debido a que la oposición se retiró de la sesión por considerar que el funcionario era responsable de los excesos cometidos por la Fuerza Pública.

la propuesta

Durante su discurso, el mandatario colombiano pidió tener "una discusión clara, participativa, deliberativa" sobre la diferencia entre una protesta pacífica y una con actos vandálicos. Además, se refirió al 'Proyecto de Ley de Estatuto Disciplinario Policial', que también presentará ante el Parlamento el próximo 20 de julio, y que ha sido tildado por sus opositores como un "cambio cosmético" tardío ante el reclamo no atendido de la disolución del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), cuya actuación para contener las movilizaciones ha sido fuertemente cuestionada por organismos nacionales e internacionales.

Duque pretende acabar con la critica, con el reclamo de quienes se atreven a cuestionar los excesos de los cuerpos de seguridad. El presidente pide que "quienes posan desde tribunas morales y posiciones públicas" para insultar "a quienes le sirven a la patria" deben ser investigados y sancionados. Servir a la patria es golpear periodistas? Servir a la patria es disparar al pecho a jóvenes desarmados?

Manifestantes en Medellín, Colombia,
el 28 de junio de 2021AFP
Si bien Duque ha dejado esta propuesta de ley sobre la mesa, según las cifras oficiales los hechos de violencia en las manifestaciones han sido minoritarios. El registro del Ministerio de Defensa, del que depende la Policía, da cuenta de que solo hubo disturbios en 1.527 de las 13.433 actividades de calle, lo que significa que 11.906 fueron pacíficas, por lo que solo hubo alteraciones del orden público en el 12,8 % de las movilizaciones.

En varias ciudades donde se protestó sin la presencia del SMAD no se presentaron hechos violentos, por lo que una de las exigencias para sentarse a dialogar del Comité de Paro, principal coordinador de las manifestaciones, era el retiro del SMAD de las zonas de manifestaciones.

La oposición reacciona

Aunque el nuevo periodo legislativo comienza el 20 de julio, los congresistas opositores ya repudiaron el planteamiento de Duque.

Iván Cepeda, senador del Polo Democrático Alternativo, compartió en sus redes un corto video donde afirma que el Gobierno sabe que en el Código Penal hay suficientes disposiciones contra los disturbios y el vandalismo y que su objetivo es "crear una norma mediante la cual se censure, se recorte e incluso se prohíba la legítima movilización social de manera pacífica".

Graban a miembros del Esmad golpeando brutalmente a un joven y agrediendo a dos periodistas en Colombia

En su opinión, el Ejecutivo "sabe que por las vías de la violencia no ha logrado acabar con la justa indignación" y que la iniciativa debería ser el diálogo, que el Comité de Paro suspendió de forma unilateral debido a que consideró que sus exigencias para sentarse a negociar no fueron atendidas.

En la misma línea se expresó María José Pizarro Rodríguez, representante a la Cámara por la coalición opositora Decentes, quien tachó de "abiertamente ilegal" la propuesta presidencial y agregó que "insistir en la militarización y criminalización de la protesta social solo muestra incapacidad y falta de visión".
Ley para ¿Criminalizar la protesta, desatender los reclamos sociales o proteger la violencia oficial?

Importante.

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