En la plenaria de la
Cámara de Representantes de ayer se conoció la propuesta del Partido
Conservador de realizar una moción de censura contra la canciller María Ángela
Holguín.
En medio de las discusiones se presentó un fuerte altercado entre la
representante por el partido Verde Ángela María Robledo y el uribista del
Centro Democrático Álvaro Hernán Prada. Este último la tildó de loca y, a modo
de insulto, comparó el recinto con una plaza de mercado.
El recinto de la
Cámara de Representantes fue escenario de una acalorada discusión por cuenta
del Partido Conservador y su propuesta de realizar una moción de censura contra
la canciller María Ángela Holguín, en razón de la problemática en la frontera
colombo-venezolana.
Ante la moción,
Robledo inició una firme oposición a la iniciativa. Por este hecho, el político
uribista Hernán Prada, en tono fuerte y palabras insultantes, la llamó loca.
“Quisiera pedirle respeto a la representante del Partido Verde, que sale
gritando como una loca, como si estuviéramos en una galería. Aquí a la persona
que hemos visto defendiendo a Maduro es a ella: defiende una narcodictadura del
régimen de Venezuela. Debería irse a vivir en otro país”, exclamó Prada.
Ante las ofensivas
palabras de Prada, Robledo respondió: “llevó casi 5 años acá y no acepto ese
comentario, ustedes los hombres cuando las mujeres tenemos fuerza y argumentos
nos señalan como locas. Su partido, el Centro Democrático, comentó en un debate
sobre el tema de jóvenes que yo era una auxiliadora de la guerrilla. Lo reto a
que me demuestre un solo contacto con las FARC. Soy una mujer de paz. Lo reto a
que me demuestre que soy una loca”. Frente a los insultos del uribista, la
también congresista Clara Rojas, exigió respeto para su compañera.
Luego de los gritos e
insultos por parte de Prada hacia su colega Robledo, el presidente de la
corporación le negó el derecho a la réplica lo que desencadenó el enojo del
representante del Centro Democrático quien decidió retirarse de la plenaria sin
dar más explicaciones.
La actitud del
congresista, ante los ojos de la opinión pública, fue reprochable. Varios
medios de comunicación coinciden en afirmar que no solo se trató del irrespeto
mostrado hacia su compañera, sino de una clara demostración de machismo y
clasismo ya que el político empleó adjetivos relacionados con el estado mental
de su colega, actitud reiterada en hombres que consideran que las mujeres no
tienen derecho a la vida pública y al considerar que una plaza de mercado es un
lugar indigno.