Este 29 de mayo Colombia vivió unas elecciones en paz, el 54.91% es decir; 21'418.631 de personas que podían ejercer el derecho al voto así lo hicieron. El total de posibles votantes ascendía a 39'002.239 personas. Quedan aún 17'583.608 personas que pueden votar y a su vez pueden definir el futuro del país.
No es en la clase política, no es en los grandes medios de comunicación, es en la conciencia de estas más de diecisiete millones de personas que el próximo 19 de junio el país sabrá el camino a recorrer.
Ayer 29 de mayo quedaron planteadas dos opciones. Una persona economista, líder político de amplio trajinar contra la corrupción y con propuestas que han puesto al país a pensar a discutir y otra persona; ingeniero, con buen capital económico que ha sorprendido con un resultado electoral gracias a su lenguaje fuerte y actitud
desprevenida en las redes sociales.
Ambos con la experiencia de haber sido alcaldes.
El primero; Gustavo Petro, ex-alcalde de Bogotá, la capital del país, ciudad donde dejo gran huella al lograr disminuir los niveles de pobreza, persona cuestionada por impulsar propuestas innovadoras que hicieron temblar los centros de poder político y económico, candidato expuesto a las amenazas de quienes siendo hábiles en el manejo de los fondos públicos se han beneficiado del dinero de la mayoría de colombianos que son quienes más impuestos pagan. Planes en salud, educación, trabajo y especialmente fortalecimiento en la posibilidad de ejercer los derechos a plenitud han sido su plataforma y su práctica política.
El segundo; Rodolfo Hernández, ex-alcalde de Bucaramanga, capital del departamento de Santander, ha sido empresario con buena participación en el campo de la construcción de donde ha obtenido buenas utilidades económicas que le permiten proyectarse como una persona próspera y alejada del establecimiento político tradicional. Su acción política se ha mantenido dentro de lo acostumbrado, acción política sostenida más en el lenguaje desabrochado que en el contenido político y social.
Treinta y nueve millones de personas definen mediante el voto como vivirán alrededor de cincuenta millones de colombianos. Al momento ocho millones y medio confían en Petro, y seis millones le apuestan a Rodolfo.
El 20 de junio se sabrá cuantos colombianos deciden y que deciden.