Presidencia
de la República.- La
Frontera Agrícola Nacional es de 40 millones 75.960 hectáreas, de las cuales
solo se cultivan 7,6 millones de hectáreas. El área agrícola está rodeada por
60 millones de hectáreas de bosques naturales que incluyen áreas protegidas.
Con la definición de la Frontera Agrícola, se protegerán páramos, humedales
Ramsar y áreas de importancia ambiental estratégica para el país. El Presidente
Santos anunció que los batallones de selva y alta montaña tienen como misión
prioritaria hacer respetar las fronteras agrícolas de Colombia.
“Estamos cumpliendo con una responsabilidad
que tenemos todos los colombianos con el mundo. O sea, vamos a proteger lo más
importante del mundo, que es su pulmón. Vamos a proteger lo más importante del
mundo y de Colombia, que es la biodiversidad, y al mismo tiempo podemos
aprovechar 40 millones de hectáreas cultivables, para convertirnos en una
despensa del mundo.
“Esta
definición de la frontera agrícola es algo muy importante, histórico, y lo
único que necesitamos es que todos los colombianos se entusiasmen también para
defender esa frontera y no permitir que se vaya a violar la frontera,
considerada como frontera de soberanía nuestra, eso nos va a permitir cerrar
esa frontera, cerrar el avance de la deforestación y abrir los caminos de
desarrollo rural sostenible, que es lo que a Colombia más le conviene”, explicó
el Presidente Santos.
De acuerdo
con la identificación de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA),
40 millones 75.960 de hectáreas (35 por ciento del territorio continental)
hacen parte de la Frontera Agrícola Nacional, en donde se permite el desarrollo
de actividades económicas agrícolas, pecuarias, forestales y de acuicultura y
pesca.
Dentro de la
Frontera Agrícola, solo el 30 por ciento de los suelos se cultiva (7 millones
601.567 hectáreas).
Un total de
25 millones 805.343 hectáreas, es decir el 23 por ciento del país, se encuentra
en categorías de protección o conservación de áreas de importancia ambiental,
en las cuales no se permite el desarrollo de actividades agropecuarias.
En 2010,
Colombia tenía 60 millones 472.384 hectáreas de bosques naturales (53 por
ciento), área que Colombia se comprometió a preservar y que se constituye en
delimitación de la Frontera Agrícola Nacional.
El Presidente
Santos anunció que se garantizará que “la frontera se respete, o sea, que no se
siga deforestando, sobre todo la Amazonia, pero también en el Pacífico”.
Indicó que a
la definición de la Frontera Agrícola, que es la zanahoria, se le agregará “un
poco de garrote contra las mafias, contra los usurpadores de tierras, contra
los narcotraficantes que están financiando la deforestación”.
Precisó que hay
“15 batallones de nuestro Ejército que son batallones de selva y de alta
montaña, y ya di las instrucciones al Comandante General de las Fuerzas
Militares, el General Mejía, para que dispusiera que todos esos batallones
tengan como misión principal proteger nuestras fronteras agrícolas”.
Trabajo conjunto
El Ministerio
de Agricultura y Desarrollo Rural, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible y la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), trabajaron
conjuntamente para esta definición e identificación de la frontera agrícola en
Colombia, la cual armoniza el emprendimiento competitivo agrícola, pecuario,
forestal, acuícola y pesquero con el desarrollo sostenible, el ordenamiento
social de la propiedad con la conservación y la protección de los ecosistemas
estratégicos, y en especial el desarrollo rural de la mano del control a la
deforestación y degradación de los suelos.
Se constituye
un marco de referencia para coordinar las acciones entre la institucionalidad
del sector agropecuario y ambiental, lograr las metas de reducción de las tasas
de deforestación y conservar los ecosistemas estratégicos, de los cuales
depende también la competitividad de las actividades productivas, teniendo en
cuenta que más de 2 millones de hectáreas de actividades agropecuarias se
desarrollan en territorios de conservación o protección ambiental: 68 por
ciento en zonas de reserva forestal, 17 por ciento en páramos y 15 por ciento
en parques nacionales.
Beneficios
La definición
de la frontera agrícola tiene beneficios en el ordenamiento productivo, social
y ambiental.
—Impacto y seguridad jurídica
• Reduce la
incertidumbre jurídica y técnica de las inversiones agropecuarias y proporciona
mejores condiciones de estabilidad económica y social de los productores del campo
colombiano, porque permite clarificar las reglas de juego.
• Permite
orientar y focalizar el desarrollo de programas de formalización de tierras en
áreas con aptitud para adelantar proyectos productivos sostenibles a largo
plazo.
—Ordenamiento productivo
• Orienta en
la identificación de zonas aptas para la producción agropecuaria.
• Permite
minimizar la incertidumbre de los inversionistas y emprendedores del campo para
el desarrollo de actividades agropecuarias.
• Facilita la
articulación de la gestión agropecuaria para promover la agricultura.
—Ordenamiento social de la propiedad rural
• Orienta los
programas de acceso a tierras a sujetos de reforma agraria en áreas con aptitud
agropecuaria.
• Contribuye
a estabilizar el mercado de tierras.
• Permite
orientar los esquemas de adjudicación y ocupación productiva de suelos rurales.
—Ambiental
• Sirve de
insumo para el diseño de estrategias diferenciadas y de trabajo conjunto entre
el sector ambiental y el sector agropecuario, pesquero y desarrollo rural, para
el control y cierre de la frontera agrícola.
• Contribuye
a estabilizar y disminuir la pérdida de ecosistemas de importancia ambiental,
lo mismo que a su protección, lo cual redunda en la oferta adecuada de
servicios ecosistémicos, como el agua.
• Contribuye
a disminuir la deforestación asociada a la expansión no controlada de la
frontera agrícola en las áreas o ecosistemas de importancia ambiental.
En
conclusión, es válido decir que el proyecto de Frontera Agrícola Nacional
permitirá fortalecer la imagen del sector agropecuario, a nivel nacional e
internacional, en la medida que se envía un mensaje y se da un nuevo ejemplo de
desarrollo sostenible de las actividades agropecuarias, sin afectar ecosistemas
estratégicos desde el punto de vista ambiental.