En la mayor parte de Colombia este mes de abril logró condensar el sentimiento de millones de personas indignadas y cansadas de una situación que se ha querido volver panorama normal.
En lugar de comprar aviones de guerra, en lugar de comprar tanquetas para controlar “el orden público” en lugar de limitar los ingresos de los altos dignatarios el gobierno de Iván Duque lo que propone es gravar todos los renglones económicos, en especial aquellas actividades que apenas logran sobrevivir, se ataca directamente el emprendimiento, se ataca por medio del IVA generalizado la posibilidad de abastecerse. La reforma presentada por el gobierno Duque pretende recoger de los bolsillos de quienes cada día ven menguados sus ingresos lo que debería recoger de quienes en cada ejercicio orgullosamente presentan ganancias por miles de millones, hablamos del sistema financiero, del sistema de telecomunicaciones, de las multinacionales y de las grandes superficies.
Las personas en Colombia están entendiendo que la política esta relacionada directamente con las estanterías de sus pequeños negocios o con el estudio de sus hijos, también se está comprendiendo que la necesidad del pan de cada día está relacionada con el asunto de las exportaciones y las importaciones, con el tema de la producción nacional, con el pequeño cultivo, con el agua que se toma y el vestido con que se cubre.
Iván Duque y sus aliados se equivocan de cabo a rabo cuando creen que indefinidamente las gente mantiene la cabeza gacha, la gente está levantando la cabeza, a su vez el presidente la voltea, no escucha, no atiende.
Esperemos que mayo llegue con mejores posibilidades.