El fin del mundo en Colombia: el engaño de una secta en tiempos de pandemia

DW.- Vendieron o regalaron sus pertenencias, ayunaron un mes y se encerraron a esperar el fin del mundo que debía tener lugar el pasado 28 de enero. La fecha, que ya había sido pospuesta una vez, pasó y los miembros de la secta neopentecostal Ministerio Berea en Barranquilla y el poblado rural de Isabel López, del municipio de Sabanalarga, se encontraron con tres realidades terrenales: el mundo no se acabó, el pastor desapareció y varios miembros en Barranquilla quedaron sin techo.


"A pesar de este episodio en la costa Atlántica, ni en Colombia ni en América Latina los milenarismos son frecuentes”, afirma a DW William Elvis Plata Quezada, profesor de Historia de la Universidad Industrial de Santander (UIS), quien reconoce que si bien existen grupos de sectarios, "son pequeños y no comparables con las fuertes sectas neopentecostales estadounidenses de carácter apocalíptico”.


La iglesia católica de Sabanalarga, Atlántico,
en cuya circunscripción está Isabel López

Milenarismo, un fenómeno raro en América Latina

El fenómeno de los grupos o sectas que declaran "el fin del mundo” es llamado milenarismo, y se refiere originalmente a la creencia en la supuesta "Segunda Venida de Jesucristo” y el establecimiento de su "reino de mil años en el que solo hay paz y concordia”, al grado de que los niños comen al lado de los leones sin riesgo alguno. Plata, doctor en Historia religiosa de la Universidad de Lovaina, destaca que mientras muchos creyentes viven y mueren esperando el fin del mundo, "son pocos los que le ponen fecha”, como lo hizo la iglesia Ministerio Berea, que anunció el cataclismo.

La noticia de que alguien se encierra a esperar el fin del mundo puede causar hilaridad, pero detrás se esconde una tragedia, casi siempre de pobreza. ¿Por qué justo estos creyentes veían el fin ahora? Para el profesor Plata, coordinador del grupo universitario de investigación Sagrado y Profano, hay tres factores influyentes: "Primero, la pobreza. Además, la pandemia está causando estragos económicos que crean gran desesperación e incertidumbre.
 Cuando se pierde el empleo y no hay una perspectiva sobre cuándo y cómo se saldrá de esta crisis, algunos creen en quienes les ofrecen una solución, así sea la de que, si se acaba el mundo, se acaban los problemas.
 Un tercer factor es que algunas sectas pentecostales difunden un rechazo a la modernidad, por lo que muchos interpretan los avances como señales de que, en efecto, el mundo está siendo tomado por el mal y el fin no solo está cerca, sino que tiene fecha en el calendario”, explica Plata Quezada, que estudia la relación de la religión con la política y la sociedad.


El profesor William Elvis Plata Quezada
es historiador e investigador
de religiones y sectas en Colombia y América Latina
Lo trascendental en Isabel López es la falta de agua potable

Las autoridades respetaron la decisión de la secta, pero el Bienestar Familiar, la entidad en Colombia encargada de la protección infantil, sacó de allí a tiempo a los menores, o sea, antes del "fin del mundo”. La única creyente engañada que quiso hablar con DW no pudo hacerlo porque había regalado su celular. 
Pero Giannith Peña, técnico en salud ocupacional de 23 años, habitante de Isabel López, la localidad de unos 3.000 habitantes en donde ocurrió el hecho, conoce a todas las "víctimas” de su pueblo, y expresa a DW lo que muchos en su población piensan: "Son víctimas, porque lo que aquí sucedió fue el engaño de un pastor que vino de Barranquilla a seducirlos”. Peña reconoce que siente algo de vergüenza, y no quiere que su foto aparezca en la prensa, pero más lamenta que su pueblo sea objeto de la burla nacional e internacional con el "engaño” del fin del mundo, cuando "más trascendental es que el agua de Isabel López no se puede tomar, falta un alcantarillado, y que los beneficios de las regalías petroleras por el oleoducto que pasa por el pueblo lleguen hasta todos sus habitantes que necesitan servicios y empleo”.

"Desespero social, fe y un líder carismático” fueron, según el analista William Plata, los elementos que, en definitiva, llevaron a que estas personas en Barranquilla e Isabel López creyeran que la "salvación llegaría con el fin”. Un líder "carismático” como el dueño de la iglesia Ministerio Berea, Gabriel Alberto Ferrer, que hizo uso de técnicas de aislamiento emocional y físico de las familias de sus seguidores para asumir prácticamente el comando sobre ellos: "El declarar a los no miembros o detractores de un grupo religioso como ‘contaminados' o ‘impuros' es una práctica común entre Iglesias evangélicas o neopentecostales”, explica el profesor Plata, quien agrega que la pauta de algunas comunidades religiosas es: "Si usted no está conmigo, está contra mí”. Una postura que encuentra cada vez más fuerza en la vida política de varios países en América Latina con el crecimiento del poder religioso, la radicalización de los partidos y la polarización de las sociedades.

Iglesia presbiteriana Torre Fuerte de Bucaramanga, Colombia.
En América Latina no prospera el fatalismo

A pesar de ello, "el milenarismo, la creencia de que el mundo se acabará pronto, no está anclado en la cultura de los pueblos latinoamericanos”, insiste Plata, así se cite el caso brasileño narrado por Mario Vargas Llosa en la novela La Guerra del Fin del Mundo, publicada en 1981.

El profesor Plata explica que el carácter de los latinoamericanos no es fatalista: "Los colombianos, por ejemplo, no se toman tan en serio la religión. Les sirve para vivir o sobrevivir en este mundo, ignorando el más allá”. Los latinoamericanos, en general, son conocidos por no asumir todo como una "tragedia”; no en vano Colombia lidera a menudo los rankings de los países más felices. ¿Cómo es posible esto, a pesar de tanta violencia y pobreza?

"Así estén tristes, los colombianos no lo dicen; ellos prefieren gozar el día a día porque, a pesar de todo, siguen con vida”, cuenta el científico y prosigue: "Los colombianos prefieren buscar la salida a un problema que aterrarse con su dimensión”, una actitud "útil y resiliente frente a las grandes tragedias que ha sufrido Colombia y que hubieran acabado con otro país”. Y justo esto, concluye el historiador, "evidencia que lo que sucedió con los creyentes de la secta Ministerio Berea no fue un acto de fe por parte de su pastor sino de estafa”.

Los colombianos, según Plata "viven en una alta movilidad religiosa”. Siempre a la búsqueda de "salud, dinero y amor”, se van allá donde creen que los encuentran. Y vaticina: "Si a los creyentes en Barranquilla e Isabel López no les cumplieron con la promesa del fin del mundo, buscarán su felicidad en otra parte”. Según Giannnith Peña, a su pueblo la lección le quedó clara: "No creer en nadie que ofrezca soluciones fáciles, sea de donde sea”.
(er)

Capturado "El Tío" cabecilla de "Los Caravanudos"

La Policía Nacional capturó al cabecilla del grupo delincuencial ‘los caravanudos’ por el delito de concierto para delinquir agravado con fines de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.

Los uniformados lograron la captura mediante orden judicial en una residencia dentro de una urbanización ubicada en la comuna 10 de la ciudad de Medellín, de ‘el tío’ de 61 años de edad, quien sería cabecilla de la estructura criminal ‘los caravanudos’ alineado al grupo delincuencial organizado ‘la terraza’.

Después de 19 meses de investigación, se logró la recolección de elementos materiales probatorios que permitieron estructurar el componente jerárquico de la organización y la expedición de 25 órdenes de captura, la acción se realizó contra coordinadores e integrantes de ‘los caravanudos’ con presencia en la comuna 10 de Medellín, en los barrios la Candelaria y San Benito, sectores la Aurora, Titanic y la Paz con Carabobo.

 ‘El tío’ quien tendría una trayectoria criminal de 18 años aproximadamente, ha venido ocultando su actuar delictivo como empresario o comerciante ante la sociedad, sin embargo, dentro de la investigación desarrollada se pudo establecer que tiene el control de la red de estupefacientes al servicio de ‘los caravanudos’. Esta persona, manejaría unas rentas aproximadas de 3.400 millones de pesos mensuales, producto del tráfico de estupefacientes a gran escala.



Diego Molano, nuevo ministro de Defensa de Colombia

El presidente de Colombia, Iván Duque, designó este martes a Diego Molano como su nuevo ministro de Defensa, tras la muerte por covid-19 de Carlos Holmes Trujillo, quien ocupó ese cargo hasta la semana pasada.


Molano pertenece a Centro Democrático, partido fundado por Álvaro Uribe, y hasta ahora se desempeñaba como director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República.

Luego de una reunión con la cúpula de la Fuerza Pública colombiana, Duque catalogó a Molano como "un gran profesional" que tiene entre sus tareas garantizar la seguridad ciudadana y "enfrentar las estructuras criminales que asesinan líderes, personas en proceso de reincorporación e intimidan poblaciones".


Tras su nombramiento, Molano, quien también fue concejal de Bogotá entre 2016 y 2019, agradeció en su cuenta de Twitter la designación y afirmó que trabajaría "hombro a hombro con cada soldado y policía para garantizar la tranquilidad" de los ciudadanos. "Combatiremos sin tregua a los narcocriminales que amenazan la vida y futuro del país", añadió.

2020, un año marcado por la violencia en Colombia:
las masacres se triplican y los asesinatos de líderes sociales
no cesan

Uno de los principales retos del nuevo ministro es cumplir con la exigencia de proporcionar mayores garantías de seguridad a la población colombiana ante el incremento sostenido de masacres y asesinatos de líderes sociales y exguerrilleros.

En lo que va de año, ha habido nueve masacres y 19 defensores de los derechos humanos han sido ultimados, al igual que seis miembros de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), reporta el Instituto de Estudios para el desarrollo de la Paz (Indepaz). El año pasado cerró con 91 masacres y los homicidios de 310 líderes sociales y de 64 firmantes de la paz, según el registro del mismo organismo.

La cuarta masacre del 2021 en Colombia

Según Indepaz, 2020 cerró con 91 masacres que dejaron 381 personas asesinadas.
Un hombre sostiene una bandera durante el funeral de dos de los seis hombres masacrados en Popayán, Cauca, el 25 de agosto de 2020 Luis Robayo / AFP





actualidadrt.- Tres jóvenes colombianos fueron asesinados a tiros en Popayán, capital del departamento del Cauca (Colombia), el pasado domingo.

El hecho ocurrió en del barrio El Recuerdo del Sur en la comuna 6 del barrio, las víctimas fueron abordadas en una cancha por desconocidos que les dispararon, según informó la secretaria de Gobierno de Popayán, Elvia Rocío Cuenca.

Uno de los jóvenes falleció en el lugar, mientras que los otros dos murieron mientras recibían atención médica. Las víctimas fueron identificadas como Deybi Zúñiga, Daniel Mauricio Fuly y Joan Moreno Chimunja.

Investigaciones

Las autoridades manejan la hipótesis de que estos homicidios fueron producto de una disputa anterior con otros habitantes del sector, sin embargo, aún se adelantan las investigaciones.

Al lugar acudieron funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI), de la Fiscalía y de la Policía Metropolitana de Popayán.

El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) publicó en su cuenta de Twitter que esta es la cuarta masacre en Colombia en lo que va de año. Al respecto, el presidente de Indepaz, Camilo González Posso, dijo que "2021 comenzó de manera trágica" debido a que ha habido "un asesinato por día de líderes sociales y personas en proceso de reincorporación" y dos masacres por semana, recoge Canal 1. El año 2020, según esta institución colombiana de Defensa de los derechos humanos, cerró con 91 masacres que dejaron 381 personas asesinadas.

En 2021, la prioridad debe ser la protección de los excombatientes y las comunidades afectadas por el conflicto

A cuatro años de la firma del Acuerdo de Paz en Colombia, el Secretario General de las Naciones Unidas instó una vez más a que se cumpla de manera integral para impulsar el desarrollo, la paz y la seguridad en el país.

Misión de Verificación de la ONU en Colombia-Melissa.
Líderes comunitarias rinden homenaje a activistas sociales
asesinados en el Chocó, en Colombia




En su informe trimestral sobre la nación sudamericana, publicado este jueves, António Guterres consideró que en el 2021, un año centrado en la recuperación de la pandemia de COVID-19, la prioridad debe ser la protección y seguridad de los excombatientes, de las comunidades afectadas por el conflicto, de los líderes sociales y de los defensores de los derechos humanos.

El estudio, que analiza el periodo del 26 de septiembre al 28 de diciembre de 2020, reconoce la reducción en los niveles de violencia, los avances en la justicia transicional, los adelantos en la reincorporación de excombatientes y la instrumentación de los programas de desarrollo con enfoque territorial; sin embargo, reitera que la seguridad sigue siendo el principal reto para la consolidación de la paz. 

Recuperación del COVID-19 y Acuerdo de Paz

“Los avances en el proceso de reincorporación y en los programas de desarrollo con enfoque territorial deben ir acompañados de una implementación más vigorosa de otras partes del Acuerdo, en particular las orientadas a mejorar la seguridad en los territorios, requisito necesario para que se arraigue una paz firme y duradera”, señala Guterres.

Según el titular de la ONU, los esfuerzos de recuperación de la crisis sanitaria y económica deben incluir la implementación del Acuerdo de Paz, puesto que éste contempla los instrumentos que abren las oportunidades al desarrollo, la seguridad y la paz a las comunidades que sufrieron los peores efectos del conflicto y que ahora han sido afectadas por la pandemia.


Misión de Verificación de la ONU en Colombia-Nadya González.
 Brazaletes de reconciliación
para promover el proceso de paz en Colombia.
Cinco puntos de atención urgente

Además de evaluar los progresos en el cumplimiento del Acuerdo, el informe sobre Colombia plantea cinco aspectos que deben atenderse sin dilación.

La seguridad y protección de excombatientes encabeza las prioridades toda vez que desde la firma del Acuerdo, la Misión de Verificación de la ONU en Colombia ha dado fe de 248 asesinatos de ex integrantes de las FARC-EP, 73 de ellos en 2020. También recibió información sobre 42 asesinatos de líderes sociales y activistas de derechos humanos y trece masacres.

En los departamentos de Meta, Caquetá y Guaviare, por ejemplo, los grupos disidentes de las FARC-EP han aprovechado la escasa presencia del Estado para ampliar sus operaciones, atacar a excombatientes y sabotear las iniciativas económicas, políticas y sociales de la zona.

La segunda prioridad delineada por el Secretario General son las medidas para asegurar que el proceso de reincorporación de excombatientes sea sostenible. Menciona la atención que se debe dar a los proyectos productivos mediante asistencia técnica y mayor acceso a los mercados, así como aumentando la participación de las mujeres excombatientes en los espacios de toma de decisiones.

En tercer lugar, el Secretario General aboga por la presencia integral del Estado como condición para una paz duradera y para el desarrollo sostenible. Para ello, hace falta consolidar esa presencia en las zonas afectadas por el conflicto.

El punto número cuatro es reforzar el diálogo constructivo entre las partes a través de los mecanismos estipulados en el Acuerdo, como la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación de la Implementación del Acuerdo Final, que constituye el principal foro de diálogo y que, de acuerdo con el informe, no se ha utilizado a toda su capacidad.

La quinta prioridad es fortalecer las condiciones para la reconciliación valiéndose del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición; y del Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia. António Guterres recalca que es más importante que nunca “que todas las personas involucradas en el conflicto reconozcan sus responsabilidades” y que todas las instituciones cooperen plenamente con el sistema, además de que la sociedad colombiana en su conjunto apoye el sistema para lograr la reconciliación.


Mision de Verificación de la ONU en Colombia -
Antiguos combatientes de las FARC producen mascarillas
en Pondores, en el dapartamento colombiano de La Guajira,
para ayudar en la lucha contra el coronavirus


Primeras sanciones y verificación

El informe destaca que para mediados de año, la Jurisdicción Especial para la Paz dictará sus primeras sanciones por delitos cometidos durante el conflicto.

Refiere, asimismo, que el presidente del país, Iván Duque, solicitará al Consejo de Seguridad de la ONU que amplíe el mandato de la Misión de las Naciones Unidas de manera que incluya la verificación de las sanciones que imponga la Jurisdicción Especial.

“Ahora que el país entra en el quinto año de construcción de la paz en el marco del Acuerdo Final, felicito a los colombianos y las colombianas por los logros alcanzados en el proceso de paz hasta la fecha y aliento a las partes a perseverar para que el potencial transformador del Acuerdo se materialice plenamente”, concluye el Secretario General.

El jefe de la Misión de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, presentará el informe al Consejo de Seguridad el 21 de enero próximo.

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