Fue el partido mayoritario de Colombia, pero ha venido perdiendo su protagonismo y su identidad. ¿Cuál es la estrategia liberal para la elección de congresistas, que pasará con su candidato De la Calle y que haría este partido bajo el próximo gobierno?*
Yann Basset** - Daniel López***
De la Cámara al Senado
Desde la reforma política de 2003 hasta 2014 el
Partido Liberal de Colombia (PL) se mantuvo como la tercera bancada al Senado,
cuando pasó al cuarto lugar debido al surgimiento del Centro Democrático.
Para estas elecciones legislativas el PL se
encuentra en una situación difícil: algunas de sus figuras más reconocidas se
retiran y deberán ser reemplazadas para limitar las pérdidas, como también le
ocurre al Partido Conservador, su coprotagonista de la historia nacional a lo
largo de los siglos XIX y XX. Bajo los últimos gobiernos, sin embargo,
los liberales tomaron un camino muy distinto del de los conservadores, con
resultados bastante decepcionantes.
Por otra parte -y gracias a su arraigo histórico en
muchas regiones- el PL ha mantenido su fuerza en la Cámara, disputándose el
primer puesto con el partido de la U. Por esta razón los liberales tratan de
conservar su votación organizando el relevo de sus senadores salientes con su
vivero de representantes a la Cámara.
Seis de los diecisiete senadores del PL no se van a
presentar a estas elecciones: ellos habían aportado unos 425 mil votos del
1.750.000 que tuvo el partido para la cámara alta. Entre estos congresistas se
cuenta el veterano Horacio Serpa,
quien fue de lejos el senador liberal más votado en 2014.
Serpa tratará de transferirle sus votos a su hijo
Horacio José, asunto que no será fácil en tanto este último es conocido sobre
todo en Bogotá (salió del Concejo para competir en estas elecciones), y su
padre tenía buena parte de su caudal en Santander.
El partido perderá también a dos senadores con menor
peso electoral pero con mucha visibilidad en la opinión pública: Juan Manuel Galán y Viviane Morales.
Estas dos figuras salieron en peleas con la dirección nacional del partido
encabezada por Cesar Gaviria, de manera que el futuro de sus votos es incierto.
Tanto el apoyo de Galán como el de Morales estaban
concentrados en Bogotá, una plaza disputada y volátil. Por esta razón el PL
tendrá que dar la batalla para mantenerse en la capital con Horacio José Serpa
y la actual representante Olga Lucía Velásquez -quien
aspira a saltar al Senado-.
El PL perderá algunos alfiles pero podrá contar con fuerzas de
respaldo en territorios claves.
En cambio el partido parece más seguro en sus
baluartes de la costa Pacífica y Antioquia; apuesta a recuperar terreno en la
costa Caribe con el salto al Senado de Fabio Amín en
Córdoba (donde peleará los votos rojos a Arleth Casado),
y de Mauricio Gómez en
Atlántico (quién aspira a reemplazar a Álvaro Ashton y
encabeza la lista al Senado).
En resumen, el PL perderá algunos alfiles pero podrá
contar con fuerzas de respaldo en territorios claves. Con lo anterior sufriría
menos que la U en estas elecciones.
En busca de un nuevo perfil
Representante presidencial del Partido Liberal, Humberto de la
Calle. Foto- Presidencia de la República
|
Si bien es cierto que el PL se encuentra en una
posición bastante parecida a su rival conservador, los dos partidos siguieron
estrategias muy distintas y paradójicas.
La reforma políticas de 2003 y las que le siguieron
buscaron favorecer a los partidos grandes y más cohesionados, para remediar la
atomización que había sido inducida por la Constitución de 1991.