La movilización convocada por el
Consejo Regional Indígena cuenta con cerca de veinte mil personas. ¿Qué la
desató? ¿Quiénes la apoyan y qué reclaman? ¿En qué pararán las protestas?
Fernando Dorado* |
Después de constatar que los delegados
gubernamentales dilataban las conversaciones y se negaban a entablar acuerdos
en las mesas de concertación mientras que impulsaban leyes y un Plan de
Desarrollo antagónico a los intereses de las comunidades indígenas, el Consejo
Regional Indígena del Cauca (CRIC), una de las organizaciones indígenas con más
experiencia en Latinoamérica, tomó la decisión de convocar a una minga, es
decir, a una gran movilización social.
Protagonizada por comunidades de etnias diversas y
sectores campesinos del Cauca, Huila, Sur del Valle y Eje Cafetero, esta
movilización logró bloquear la carretera panamericana entre Popayán y Cali e
incomunicar parcialmente la vía que conecta a Neiva con Caquetá.
La minga estalló después de que en los últimos
meses el presidente Duque mostró la cara que mantuvo oculta durante los
primeros cinco meses de su mandato: suspendió las negociaciones con el ELN tras
el atentado terrorista en la Escuela de Cadetes de la Policía; fortaleció su
alianza con el Fiscal para desprestigiar y acabar con la Jurisdicción Especial
de Paz (JEP); y se puso al servicio de Donald Trump en su campaña en contra de
Maduro.
Todo esto acrecentó la desconfianza de los
líderes indígenas hacia el gobierno y los motivó a organizar y llevar a cabo la
protesta en cuestión.
Foto: Faceboook C R I C. - Minga indígena en el Cauca. |
¿Quiénes
son y qué reclaman?
El pueblo Nasa, también conocido como los “paeces”,
es la principal fuerza de la minga. Debido a los desplazamientos ocurridos
durante la Guerra de los Mil Días, a la posterior aprobación de la Ley 200 de
1936, y a la avalancha del río Páez de 1994, esta etnia reside en los
municipios del nororiente del Cauca y suroriente del Valle, pero tiene
“avanzadas” en la cordillera occidental, Huila, Caquetá y Putumayo. Actualmente
cuenta con doscientos mil nativos, de los cuales se han movilizado alrededor de
quince mil.
El dirigente indígena Giovanni Yule asegura que el gobierno
ha radicado varios proyectos que son sumamente agresivos con las poblaciones
indígenas.
Los otros pueblos indígenas involucrados en la
minga son los Misak, también conocidos como “guambianos”, los Kokonucos, los
Totoróes, los Polindaras, los Yanaconas, algunas comunidades Embera Chamí de
Risaralda y Caldas, los Wounaan del Valle del Cauca y pequeños pueblos del
Cauca. Todos ellos cuentan con el respaldo de varias organizaciones sociales afro
descendientes y campesinas del Cauca, dentro de las cuales se destaca el Comité
de Integración del Macizo Colombiano (CIMA). En total, estos sectores suman
unas cinco mil personas movilizadas.
Las principales exigencias de estos pueblos son:
· Inclusión de las comunidades
étnicas en el Plan Nacional de Desarrollo;
· Reconocimiento del
campesinado como sujeto de derechos;
· Protección a los líderes
sociales que están siendo asesinados;
· Respeto a la consulta previa
para realizar proyectos en sus territorios (Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo);
· Cumplimiento de los acuerdos
firmados con las FARC;
· Fortalecimiento de las
políticas de protección del medio ambiente;
· Cumplimiento de los
numerosos acuerdos firmados con otros gobiernos.
El dirigente indígena Giovanni Yule asegura que
el gobierno ha radicado varios proyectos que son sumamente agresivos con las
poblaciones indígenas. Ellos consistirían en reformar la Ley 160 de 1994 para
quitarle la función ecológica y ambiental al uso de la tierra y convertirla en
mercancía para las multinacionales; reformar la tutela e impulsar leyes que
permitan aprobar el uso del glifosato y el fracking, limitar la protesta social
y aumentar el control estatal sobre los medios de comunicación.
Más allá de los intereses de los pueblos indígenas
involucrados y del gobierno colombiano, en la minga se enfrentan las tres
fuerzas y concepciones políticas que se disputan la hegemonía global, es decir:
1.
Los
neoliberales globalizadores que reconocen formalmente los derechos de los
pueblos y las comunidades minoritarias, pero confían en que las fuerzas del
mercado y el capital se impondrán sobre ellos. Juan Manuel Santos y Barack
Obama hacen parte de este grupo.
2.
Los
nacionalistas conservadores que intentan atenuar los efectos negativos —o más
bien la crisis— de la globalización imponiendo gobiernos autoritarios,
clericales y patriarcales. Álvaro Uribe y Donald Trump hacen parte de este
grupo.
3.
Los
pueblos que luchan por ampliar la democracia, debilitar los grandes monopolios
financieros y construir un mundo más equitativo en el que los derechos de las
minorías y la naturaleza sean respetados. En este caso, los indígenas
representan este grupo.