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Una trabajadora de salud toma una muestra de hisopo nasal para una prueba COVID-19 debajo de una carpa instalada afuera del hospital en el barrido de Kennedy en Bogotá. (12.06.2020) |
Según
epidemiólogos, Colombia está a unas semanas de llegar a su cúspide
de infecciones por día. Y lo que más les preocupa a los médicos,
tanto de hospitales públicos como de clínicas privadas, no es
solamente no tener suficientes respiradores o unidades de cuidados
intensivos, sino no tener el personal médico suficiente para hacerle
frente.
"La
queja más frecuente, ahora, está relacionada con la falta de
recurso humano", dice anónimamente uno de los anestesiólogos
de una clínica público-privada en Bogotá. "A la gente le ha
tocado trabajar mucho más", agrega. El intensivista ha tenido
que doblar su turno casi todos los días desde que comenzó la
emergencia por el SARS-CoV-2. Esto no solo lo tiene agotado
mentalmente y bajo presión, sino con profunda tristeza al tener que
ser testigo a diario del sufrimiento que padecen los pacientes y
familiares, quienes pierden el contacto con su ser querido una vez
son puestos en aislamiento. Colombia, durante varios meses, no se vio
tan golpeada por el virus como Chile, Brasil y Perú. Pero la
aceleración del contagio tomó fuerza en las últimas semanas y ha
llegado a un total 218.000. Pese a todos los esfuerzos de las
autoridades, con cuarentenas que han causado el peor colapso
económico del país en más de un siglo, con millones de desempleos,
los colombianos siguen sin ver el final del túnel. Colapso
inminente"
Por
su parte, el presidente del Colegio Médico de Bogotá, Herman
Bayona, ve venir un colapso quizás, inminente, no solo en
disponibilidad de unidades de cuidados intensivos, sino del personal
médico.
La
ocupación de los cuidados intensivos en la capital está al límite
y los casos superan ya los 70.000. "Si a tres semanas estamos
sobre el 91,5 % (de ocupación), en el pico de la pandemia la
situación va a ser crítica", asegura Bayona. Bogotá cuenta
con 1.355 unidades de cuidados intensivos y para agosto se espera
tener 645 unidades más. A la fecha, laboralmente, el sistema ya está
sobrecargado, agrega Bayona.
Por
su parte, la alcaldesa mayor de Bogotá, Claudia López, matizó
asegurando que llegar al pico de la pandemia, aunque implique tener
una mayor ocupación hospitalaria, no significa necesariamente que el
sistema colapse. "Tendremos todo el tiempo alta ocupación, pero
nunca un paciente que necesite servicio y no lo encuentre",
enfatizó.
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La alcaldesa Mayor de Bogotá, Claudia López, durante un recorrido por las unidades de cuidado intensivo del hospital Santa Clara. |
Por
otra parte, la alcaldesa llamó a la ciudadanía a cumplir con las
cuarentenas decretadas por localidades, que van hasta el 14 de
agosto. "Uno de los objetivos es reducir la presión sobre el
sistema de salud y su personal médico", apuntó.Los
panfletos del terror contra el COVID-19
Mientras
tanto, en algunas regiones colombianas, donde el Estado es débil o
ausente, los grupos armados que viven del negocio del narcotráfico
están imponiendo sus propias medidas contra el COVID-19, tal y como
lo denunció Human Rights Watch y lo alertó la Defensoría del
Pueblo.
La
delincuencia organizada estaría intimidando a la población civil en
el marco de la pandemia a través de panfletos. Amenazan a los
campesinos con castigos e incluso la muerte si no cumplen, por
ejemplo, con la restricción a la movilidad.
Estos
grupos delincuenciales usualmente amenazan, no solo para infundir
temor, sino para despejar las rutas por donde movilizan drogas
ilícitas, productos químicos para producir cocaína, sacar
cargamentos de droga e incluso para que se puedan mover los líderes
de esos grupos, destacó Jorge Restrepo, director del Centro de
Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC).
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Panfletos que comenzaron a circular en el mes de marzo por el departamento de Antioquia. Firman presuntas disidencias de las FARC. |
Por
su parte, la Defensoría
del Pueblo
cree
que el atentado mortal con explosivos ocurrido en abril en el
departamento del Cauca, uno de los más golpeados por el
narcotráfico, fue originado presuntamente por el incumplimiento de
una restricción de movilidad, impuesta por un grupo armado no
estatal para prevenir el contagio.Mientras
Colombia sigue golpeada por la violencia, el narcotráfico y el
COVID-19, los médicos, que están en la línea de batalla contra el
virus y que están monitoreando constantemente las cifras de
infección, tratan de visualizar qué tan cerca está el país de
llegar al pico de la pandemia y si en realidad el sistema
hospitalario va a poder aguantar o colapsará como muchos otros
temen.