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NUEVE COMANDANTES DEL EJÉRCITO ESTARÍAN IMPLICADOS EN FALSOS POSITIVOS: HUMAN RIGHTS WATCH

Nueve generales, que podrían estar involucrados en casos de ejecuciones extrajudiciales, fueron nombrados en posiciones claves en el Ejército, en diciembre del año pasado, según un informe de la organización Human Rights Watch. Uno de los señalados es el actual comandante del Ejército, Nicacio de Jesús Martínez Espinel, vinculado presuntamente a ejecuciones extrajudiciales cometidos por soldados bajo su mando. 
Foto: AFP

Asimismo, según el informe, Human Rights Watch conoce de "evidencias creíbles" en contra de los nueve militares. Actualmente, la Fiscalía General de la Nación investiga a tres de ellos - Miguel Eduardo David Bastidas, Diego Luis Villegas Muñoz y Jorge Enrique Navarrete Jadeth - por presuntos ejecuciones extrajudiciales. Los otros seis militares no están bajo investigación, sin embargo, soldados que fueron sus subordinados si lo están o ya han sido condenados por ejecuciones extrajudiciales.
Según José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch, "al nombrar a estos generales, el gobierno transmite a las tropas el preocupante mensaje de que cometer abusos puede no ser un obstáculo para avanzar en la carrera militar". Además afirmó que "las autoridades colombianas deberían impulsar investigaciones serias contra los generales creíblemente implicados en falsos positivos y no designarlos en los puestos más importantes del Ejército."

LOS ASCENSOS 

El pasado 10 de diciembre, el Ejército Nacional anunció el nuevo comandante del Ejército como Nicacio de Jesús Martínez Espinel, quien fue comandante de la Décima Brigada Blindada entre octubre de 2004 y enero de 2006. Durante este tiempo, fueron cometidos al menos de 23 ejecuciones por los soldados de esta brigada, es decir, subordinados de Martínez. ")
Luego, el 21 de diciembre, el Comando del Ejército Nacional designó a ocho de estos generales a cargos en el Estado Mayor. En rondas de ascensos de años previos, cada uno de los militares fueron señalados por la Human Rights Watch de estar posiblemente vinculados con casos de ejecuciones extrajudiciales, es decir, el Ejército ya tendría conocimiento sobre los señalamientos en contra de los militares.

El aparatoso debut de Darío Acevedo en el Centro Nacional de Memoria Histórica

Se posesionó en soledad, 90 organizaciones de víctimas retiraron sus archivos, se le vinieron encima los historiadores del país y con esta carta sus colegas de la Nacional lo pusieron contra la pared

Por: Las2orillas
Desde que se filtró el nombre de Darío Acevedo para ocupar la dirección del Centro Nacional de Memoria Histórica comenzó el revuelo. Era el tercer candidato propuesto por el gobierno Duque, después del nortesantandereano Mario Javier Pacheco que llegaba con el respaldo de Luigi Echeverri y luego Vicente Torrijos, apoyado por el propio presidente Duque, para asumir las riendas de la institución creada por ley en el 2011 para la atención y reparación de las víctimas del Conflicto Armado Interno.
 La ley le asigna por diez años una serie de tareas en materia de memoria histórica especialmente en cuanto a la preservación de los archivos de las víctimas del reconocido conflicto armado. Y en esto radican las duras críticas a este nombramiento, igual que ocurrió con los dos anteriores, cuyos nombres tuvieron que ser retirados a marchas forzadas por Susana Correa, la directora del Departamento de Prosperidad Social, entidad a la que está adscrito el centro.
Acevedo, quien se ha desempeñado desde hace ocho años como profesor en la Universidad Nacional llegó, con el sólido respaldo del senador del Centro Democrático José Obdulio Gaviria y del propio Álvaro Uribe Vélez, jefe natural del partido al que pertenece Duque.
 Contaba con credenciales académicas, pero sobre sus espaldas pesa una convicción que comparte con sus compañeros del Centro de pensamiento Primero Colombia, que se convirtió en la base ideológica del uribismo en Antioquia: la tesis de que en Colombia no ha existido conflicto armado sino una amenaza terrorista contra el Estado y sus instituciones.
Esto es precisamente lo que le reprochan sus colegas historiadores de la Universidad Nacional en una carta dirigida a Acevedo y firmada por absolutamente todos los profesores y profesoras de la facultad que lo acogió hace ocho años cuando debió salir de Medellín acosado por los paramilitares. “Nos sorprende que usted, que niega abiertamente la existencia del Conflicto Armado Interno, haya aceptado dirigir una entidad estatal que tiene ese reconocimiento como el eje central de su actividad”, le dicen frontalmente.
Darío Acevedo tejió una vieja amistad con José Obdulio Gaviria desde los años 70 cuando ambos participaron del Movimiento Firmes que promovió la candidatura presidencial de Gerardo Molina, de quien Acevedo fue su biógrafo. Ambos militantes de izquierda, colaboradores de la Escuela Nacional Sindical de Antioquia y Acevedo fundador del sindicato de Polímeros se deslizaron primero hacia el liberalismo y luego al uribismo.

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La venta de Medimás: un negocio dudoso y por capítulos


La antigua Cafesalud vuelve a cambiar de dueños y sus afiliados volverán a pasar a manos de otro consorcio, esta vez internacional. ¿Será para mejorar?


Iván Jaramillo Pérez*

Compras con la copia de la cédula

Entramos a otro capítulo de esta novela. Primero SaludCoop entregó a Cafesalud, Cafesalud vendió a Medimás y Medimás parece que venderá a Dynamic Business and Medical Solutions (DBMS). El proceso se parece a una canción de Celia Cruz por aquello de “Songo le dio a borondongo…”.
Cuando los socios de Prestmed y Prestnewco, integrados por ocho grupos empresariales y 192 IPS, conocidos como Prestasalud, se ofrecieron a comprar Medimás por el doble del precio base, me atreví a pronosticar en esta revista que sería una transacción extraña en la que los compradores tendrían la intención de quedarse con el negocio, pero no necesariamente la de pagar en efectivo.
En realidad, la EPS se estaba comprando con facturas o cuentas por cobrar, en forma similar a como la Federación Médica (Femec) se hizo propietaria de la EPS Unimec hace quince años. Esa fue una transacción amparada por la Ley 550 sobre reestructuración empresarial (que permitía que los acreedores se convirtieran en socios de la empresa emproblemada).
Al parecer no había entre los compradores la disponibilidad ni la voluntad para desembolsar el dinero en efectivo. Un auditor amigo dijo entonces que: “A Medimás lo compraron con una fotocopia de la cédula”.
Hoy, después de más de un año, el balance consiste en que aún se deben dos tercios de los 1,2 billones de pesos ofrecidos por los compradores. Esto sin incluir lo adeudado por Medimás a las IPS de las cuales obtuvo servicios para sus afiliados durante el último año.
Todo esto significa que, si la parte pagada por Prestasalud por la compra de Cafesalud equivale a la parte no pagada a las IPS empleadas durante más de un año, los compradores todavía no están desembolsando recursos propios.

¿Por qué la quieren vender?

Sede Medimás.
Foto- Ministerio de Salud y Protección Social.
Si bien los socios de Prestasalud, compradora inicial de Medimás, al parecer no desembolsaron ni un solo peso para comprar la EPS, sí cumplieron sus objetivos, pues posiblemente se autopagaron todas las facturas que se les debían por cuentas viejas de servicios prestados a SaludCoop, a Cafesalud y al propio Medimás.
No en vano la Procuraduría abrió investigación a los seis miembros de la Junta Directiva de Medimás y en el proceso se han encontrado indicios del presunto giro de cuantiosos anticipos a IPS de sus propios accionistas y del pago de facturas con sobrecostos a varios proveedores.
Por otra parte, la EPS viene arrastrando múltiples incumplimientos, no solo con los pagos pactados en la supuesta compra sino con los servicios a los afiliados, lo cual ha obligado al procurador a solicitar la “reversión” del proceso de venta.
Este giro, unido a otras demandas, entre ellas una acción popular contra la venta de Cafesalud liderada por el senador Jorge Robledo, pueden dar al traste con la consolidación de esta venta y con las utilidades futuras de Medimás.
En consecuencia, una vez recuperada la plata de las facturas para los compradores iniciales de Cafesalud, al parecer sin pagar un peso de sus bolsillos, y ante los enormes riesgos futuros y múltiples demandas, Prestasalud dirá que es mejor vender a un tercero extranjero, pues cualquier precio que se negocie será una ganancia efectiva.
Además, el prominente comprador se compromete a pagar todas las deudas que quedan por la compra de las instalaciones de Cafesalud y SaludCoop. Por eso la venta de Medimás a un extranjero se ha calificado como un “acuerdo entre particulares” y el propio superintendente de Salud la calificó como “buena noticia”.

¿Por qué la quieren comprar?

Juan Pablo Uribe Restrepo, ministro de salud.
Foto- Gobernación del Quindío.
El norteamericano y el árabe que se dice están detrás del nuevo comprador, DBMS, o bien son unos oportunistas con dineros de origen dudoso o tienen recursos bien habidos y no saben en la que se están metiendo.
De todas maneras, lo que vale en una EPS son sus afiliados, que son negociados como “vacas” según expresión del senador Robledo. Pues Medimás tiene 4,2 millones de este tipo de “bovinos” que reciben cada año una Unidad de Pago por Capitación de 787.323 pesos por un valor total de 3,3 billones (sin incluir el no POS). De este dinero, al menos trescientos mil millones se pueden destinar a gastos de administración y a utilidades. Lo cual quiere decir que si la EPS se compra como sugieren los extranjeros, en 1,17 billones, pueden recuperar la inversión en cuatro años.

Hidroituango: el desastre más complejo que ha vivido Colombia en el último siglo

Estas son las razones.
 Los peores desastres
Gustavo Wilches-Chaux* 
Cuando asesinaron a Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948, “La Violencia” ya se venía gestando desde hacía una década, en el intento de frenar cualquier cambio en la tenencia y los usos de la tierra en Colombia.
Bajo otras denominaciones y con otras características, ese conflicto armado se mantiene hasta ahora. Puede decirse entonces que este desastre continuado durante más de ocho décadas es el que ha causado y sigue causando más pérdidas de vidas, más comunidades desplazadas, más destrucción y más dolor para los colombianos.
En términos de personas muertas y desaparecidas en un solo evento, no cabe duda de que la destrucción de Armero el 13 de noviembre de 1985 es el peor de los desastres de nuestra historia ocasionados por un fenómeno natural.
Recordemos que ya dos Armeros habían sido destruidos en 1595 y en 1845 porque fueron construidos junto al cauce del río por el cual descienden las “avalanchas” o flujos de lodo provenientes de las erupciones del volcán Nevado del Ruiz / Cumanday. Puesto que por tercera vez esa población se volvió a construir en el sitio, mal podríamos atribuirle al volcán toda la responsabilidad por ese desastre.
En cuanto a la extensión del área afectada por un solo evento natural, posiblemente el desastre causado por el terremoto del Eje Cafetero, del cual este 29 de enero se cumplieron veinte años, es el que más municipios ha afectado hasta ahora.
Pero el desastre ocasionado por el proyecto de Hidroituango en toda su zona de influencia, constituye el más complejo que ha vivido el país, por lo menos en el último siglo.
Las siguientes son algunas de las razones en las cuales sustento mi afirmación.

El origen de la amenaza

Es sorprendente que la empresa orgullo del gobierno antioqueño
y del país haya recurrida en tantos errores. Foto: Facebook- EPM

La amenaza que desató y que sigue alimentando este desastre no es un evento puntual sino un proceso de largo plazo.
Y no es de origen natural sino humano y tecnológico: el desastre de Hidroituango resulta de la manera como se concibió, se planificó y se ha venido llevando a cabo el proyecto en sus dimensiones técnica, ambiental y social.
Esto marca una diferencia sustancial con los desastres desencadenados por fenómenos naturales, porque en este caso la responsabilidad por causar la amenaza, por los daños y riesgos ambientales y sociales que el proyecto está creando en su zona de influencia, tiene un rostro identificable: las Empresas Públicas de Medellín (EPM).
No quiero decir, por supuesto, que EPM haya tenido la intención de crear los riesgos que se están convirtiendo en desastres. Pero sorprende que una empresa que ha sido orgullo de Antioquia y un modelo para el resto del país, no haya llevado a cabo una necesaria y efectiva gestión del riesgo, sobre todo tratándose del proyecto de generación eléctrica más ambicioso y costoso en que Colombia se haya embarcado.
El desastre ocasionado por el proyecto de Hidroituango constituye el más complejo que ha vivido el país, por lo menos en el último siglo.
Por ejemplo: no se entiende cómo no previeron los riegos de la decisión que tomaron en abril de 2018. Con el propósito de acelerar el llenado del embalse, resolvieron taponar los dos túneles por donde estaba fluyendo parte del agua del río Cauca mientras se acabada de construir la represa.
Tampoco se entiende por qué (como también sucedió en el Quimbo) no removieron la materia orgánica procedente de la tala de los bosques que se encontraban en la zona que iba a ser inundada. Este descuido evidente contribuyó a taponar el único túnel que le quedaba al agua para ejercer su Derecho a Fluir. Otra prueba de que como que no tenemos capacidad de aprendizaje.

Hidroituango: una catástrofe que pudo ser evitada.

El desastre comenzó hace más de veinte años

La emergencia que se presentó a principios de mayo del año pasado constituyó apenas el comienzo de una nueva etapa del desastre a que ha dado lugar este megaproyecto.
Las medidas para controlar esa emergencia y las nuevas que surgieron a partir de allí, han logrado evitar que se produzca la pérdida de más vidas humanas. Pero no han podido evitar los traumatismos de todo tipo que desde que comenzó el proyecto han afectado a las comunidades de su zona de influencia.
La investigadora Juana Afanador resalta una de las dimensiones más trágicas de este desastre: “En la zona escogida para construir Hidroituango se concentran unas 15 mil personas afectadas por el conflicto armado. De ellas, 4.500 sufrieron desplazamiento forzado entre 1990 y 2012 […] Además de Ituango, en la que queda el corregimiento de El Aro, hay otros 11 municipios afectados por la represa: Valdivia, Yarumal, San Andrés de Cuerquia, Santa Fe de Antioquia, Buriticá, Peque, Briceño, Sabanalarga, Toledo, Liborina y Olaya. Y en la mayoría de ellos, se experimentaron masacres. En cifras aproximadas, se cree que hay entre 300 y 600 víctimas enterradas, de 62 masacres cometidas por paramilitares”.

Importante.

Primer laboratorio para la descarbonización.

En Bucaramanga se construirá el primer laboratorio de innovación en Colombia para la descarbonización Ecopetrol y la Cámara de Comercio de B...

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